No hace falta ser Clint Eastwood para dialogar con la imaginación con políticos y peces gordos. A mí me gustaría poder decirles a la cara algunas cosas. Pero antes desearía que se lanzasen por una catarata o roca grandota a ver que pasa. Esto es lo que pretenden que hagamos el resto de ciudadanos y cuidadanas de este país. Eso y convertirnos en súbditos, en sin papeles, turistas sanitarios, funcionarios vagos, autónomos que defraudan, trabajadores mileuristas que cobran demasiado, parados que no quieren trabajar, enfermos y discapacitados que simulan patologías.