4.30 AM. Me despierto. Estaba soñando que me iba a atropellar un camión mientras caminaba de noche por una carretera perdida. Me encuentro sano y salvo, pero con la garganta reseca y la cabeza algo pesada. Tras tomarme un chocolate con leche salgo a tomar el fresco. Me acompaña una linterna, una Olympus Tg2 sin tarjeta de memoria y una mezcla de sueño, insomnio, aturdimiento y mala leche. Me alejo del pueblo por una carretera secundaria y solitaria. Desafortunadamente un camión vienen hacía mí. Al fin consigo esquivarlo y entonces me vuelvo a despertar. En esta ocasión me tomo un té rojo, me pego una ducha, leo un poco a Neruda y salgo otra vez a la calle. Me acompañada de nuevo mi vieja linterna, un teléfono móvil apagado y un mp3 sin batería. Esta vez cojo otra carretera, pero igualmente muy poco transitada y peor iluminada. Vuelve a aparecer un vehículo, en esta ocasión es un 4x4, viene hacía mi y por los pelos me libro por los pelos de la muerte. Otra vez despierto me lavo los dientes, veo las noticias del canal Euronews y observo con perplejidad la información de un trágico accidente acaecido en la carretera secundaria de un pueblo perdido.