¿A cuál de tus cámaras quieres más?
Reflexiones nocturnas sobre poseer, admirar, querer, desear y utilizar cámaras fotográficas
Ahora resulta mucho más fácil afirmar que con la cámara de nuestro teléfono móvil vamos sobrados. En el pasado casi todos deseábamos una Leica o una Hasselblad, pero si nuestra economía era solvente, nos conformábamos con una Canon o una Nikon.
Vivímos tiempos fotográficamente bastante monógamos. Pero la policámara era habitual entre los aficionados más enfermizos y acomodados de finales del siglo XX. Solía existir una cámara favorita en un entorno de fotopromiscuidad. En mi juventud y en mi madurez utilizaba cámaras reflex. Ahora prefiero cámaras de bolsillo con buena óptica y controles manuales. Sin embargo la valoración y el aprecio hacia las cámaras fotográficas no es comparable al afecto y al amor hacia los seres queridos. Por otra parte mi desprecio por la fotografía con teléfono móvil es casi tan grande como la que mi admirado Toro Sentado tenía hacía los estúpidos hombres blancos. Pero como el gran guerrero sioux nos ha tocado convivir con una tecnología de fotografía con teléfono móvil que tal vez no sea estúpida. Pero que en la práctica lo es.