No todo el mundo dispone de un gran balcón. Muchos deben colgar la ropa colocando extendedores en una ventana. Tal vez estas prótesis articuladas sean antiestéticas. Pero de otra forma muchos ciudadanos no podrían secar su ropa en condiciones. Por otra parte las secadoras son caras, consumen mucha energía y dejan la ropita más arrugada de la cuenta. Estos colgadores no son nada discretos. Lo mismo muestran una toalla, una camiseta o unas bragas. Seguramente pueden ser un paraíso para los fetichistas de la ropa interior.