martes, 17 de mayo de 2011

tu & trias


Hombre de rostro difícil y voz imposible. Su fidelidad al pujolismo lo ha transformado de un afamado pediatra a un político incombustible que en el ocaso de su carrera acaricia firmemente la idea de convertirse en alcalde de Barcelona. Lo bueno de su proyecto es acabar con la larga y esclerotizante hegemonía más o menos socialista de la Ciudad Condal. Lo malo es que su eslogan “El canvi en positiu” (el cambio en positivo) tiene más de Mas y de malo que de bueno. En una época de sobredosis de recortes la idea de que un neoliberal victimista rija los destinos de Barcelona me pone los pelos de punta. Por otra parte el cambio es necesario. Tres décadas es demasiado tiempo. En la foto, de apariencia casual, un hombre joven y sonriente intenta infundir dinamismo y frescura a un candidato que posa con su mejor sonrisa y sin ninguna corbata.