martes, 21 de julio de 2020

El ajedrez y el teléfono inteligente

Hasta mediados de 2019 no tuve ningún móvil inteligente. Me sentía feliz con mi Nokia con una lente Karl Zeiss. Por asuntos laborales y familiares me pasé a un teléfono listillo. Desde entonces estoy mejor comunicado, más informado y más perseguido. Mi relación con la fotografía no ha mejorado, pero tampoco empeorado. Sin embargo mi relación con el ajedrez se ha ampliado. 
Lo peor de las aplicaciones de ajedrez es que el teléfono se puede calentar más de la cuenta, colgarse y colapsarse. Tampoco me gusta el espíritu materialista que tienen muchos programas de juego y de análisis. Por comerse un peón doblado pueden dar más vueltas que una Noria. Pero gracias a los módulos de análisis se mejora el conocimiento de las aperturas. En ocasiones te abruman las jugadas dificiles y/o ilógicas de algunas aperturas. También llegan a cansar lad técnicas tediosas para ganar finales con cierta ventaja,  tal como hacía Karpov en sus buenos tiempos. 
La posibilidad de tener siempre un rival humano es maravilloso. Peor es que casi todos quieran jugar muy deprisa. 
Juego en lychess como torresman y utilizó Droidfish wue me recomendó nuestro Comyn amigo Ramón Sanz. 
Agradezco cualquier sugerencia.