Memòria fotogràfica, un reportaje de Ismael Martín y Mireia Pigrau , TV-3 (21.50 h.) en el programa 30 minuts. Domingo 4 de julio.
La televisión pública catalana trató de explicar en el programa 30 minuts el embrollo del legado de Agustí Centelles. El resultado es interesante y paso a comentarlo.
Lo que más me llamó la atención fue ver a octogenarios como Oriol Maspons y Joan Colom al pie del cañón. Impresiona ver al señor Maspons viajando en moto. Me lleno de envidia al ver al señor Colom haciendo fotos con 89 años por el barrio del Raval.
Destaca también el humanismo de David Balsells al señalar que lo mejor que puede hacer Joan Colom es cuidar de su archivo y seguir haciendo fotos. Por otra parte es sabido y reconocida su labor de apoyo a otros reconocidos fotógrafos.
Los hermanos Centelles juegan el papel de malos de la película. Un poco como los hermanos Malasombra de mi ya lejana infancia. Se les acusa de deslealtad y antipatriotismo. El programa saca mucho partido a las entrevistas. Pero no profundiza. Por ejemplo no sale en ningún momento el abierto y reconocido enfrentamiento entre Agustí Centelles y Jordi Pujol. Centelles fue siempre un leal comunista republicano. Su ideología daba mucho recelo al pujolismo y en su momento no se le reconoció el valor de su obra. Tampoco cita a Xavier Miserachs quien dejó escrito poco antes de morir en 1998 que la política de compra de fotografías por parte de la Generalitat marginaba la fotografía documental.
Tampoco pone de relieve la extraordinaria calidad y variedad de la fotografía catalana. Los catalanes fueron pioneros de la primera fotografía realizada en España en Barcelona. Pero también de la primera fotografía realizada en Madrid. Este liderazgo se mantuvo en el siglo XX. Pero no tengo claro si todavía se conserva en el siglo XXI. En el reportaje se comenta el problema de los fondos que no pueden ser clasificados y estudiados adecuadamente. Es decir, los que se quedan perdidos en algún armario o estantería. Pero tampoco se investiga en la crónica falta de personal y presupuestos para la fotografía. Con los archivos fotográficos sucede como con la sanidad pública están desbordados por las listas de espera.
En la ciudad de Salamanca se realizan tomas y entrevistas que demuestran que en todos los sitios cuecen habas. Es la pura verdad. Pero lo mismo puede decirse de los archivos fotográficos catalanes. Los familiares del señor Maspons definen muy bien el problema. Para el catalanismo ya tenemos al Barça. Pero hay que estudiar todas las ofertas y seleccionar la mejor.
Creo que los hermanos Centelles se equivocaron, o tal vez no acertaron de pleno. Hubieran hecho mejor en vender el archivo a una institución de reconocido prestigio internacional. En Salamanca y en Barcelona vamos sobrados de ilusión. Pero faltan medios.