sábado, 3 de julio de 2010

Gerda Taro

Entre el 7 de julio y el 27 IX del 2009 se expuso en el Museu Nacional d’Art de Catalunya de Barcelona una exposición sobre la fotógrafa alemana de origen judío Gerda Taro (1910-1937). La muestra fue realizada por el International Center of Photography de Nueva York. En este trabajo vamos a comentar su catálogo de exposición editado por Irme Schaber, Richard Whelan y Kristen Lubben

Con cierta frecuencia aparecen archivos fotográficos absolutamente desconocidos. La labor de Gerda era conocida. Por su relación personal y profesional con Robert Capa hizo que muchas de sus fotografías se confundieran. Por otra parte la fama de Capa fogacitó el trabajo de Taro. Gracias a la labor de los editores y el interés de Cornell Capa, hermano de Robert y heredero de su legado, ha sido posible clarificar, clasificar y estudiar las fotos de Gerda Taro.

Gerda muestra interés por el formato cuadrado 6x6 que proporciona la Rolleiflex con la que realizó la mayoría de sus fotos. La “Rollei” permitía, y permite, encuadrar fácilmente en contrapicado. Taro muestra una gran predilección por los encuadres de abajo-arriba. Por entonces está técnica estaba de moda dentro de los fotógrafos del movimiento artístico Nueva Visión. Por otra parte muchas de las fotos de formato cuadrado fueron reencuadradas en el laboratorio o por los editores. Gerda también utilizó la Leica, cámara de paso universal, particularmente idónea para la fotografía de reportaje. Sin embargo ella prefería imágenes en pose de temas humanistas. El objetivo de Taro capta una visión humanitaria y femenina de la guerra. Le interesan los niños y las mujeres. Le gustaba de hacer posar a la gente. Se interesa más por el entorno bélico del conflicto que por la batalla. Hay mucha ternura en sus fotos. Desde luego que sus fotos muestran acción y escenas dramáticas y sangrientas. Pero también le interesaba el encuadre y la composición. Por otra parte su formación fotográfica se inició con Robert Capa en 1934. Las dificultades socioeconómicas no le permitieron hacer demasiadas prácticas de arte fotográfico. Y sin embargo sus imágenes están llenas de poesía visual y de solidaridad.

Gerda marchó a París en 1933 huyendo del nazismo. Políglota y izquierdista llegó a España en 1936 como corresponsal de Ce Soir, publicación financiada por el Frente Popular francés. Los mismos que le compraron su tumba cuando un tanque la mató en julio de 1937. Sin duda una corta pero intensa vida y carrera fotográfica. Los tiempos líquidos no son cosa del siglo XXI