lunes, 13 de septiembre de 2010

El río de la vida

La partida de ajedrez como el río de la vida

Una partida de ajedrez es una imperfecta metáfora de la vida. Nos toca jugar con negras y llevamos la peor parte. Al principio hay que desarrollarse y en el medio juego debemos elaborar planes, estrategias, tácticas y trampas para resolver y sobrevivir. En el final casi siempre se trata de malvivir de una pensión decreciente y unos achaques que van en aumento.

En estos tiempos de crisis jugar al ajedrez es casi tan barato como leer la prensa gratuita. Una partidilla nos ayuda a olvidar los malos rollos y a clarificar nuestras ideas. No conseguimos cambiar el mundo, pero nos ayuda a pensar por nosotros mismos. Jugar contra un ser humano es una manera de socializarse y de ritualizar de forma inocua nuestra agresividad.