Transciende de fenómeno deportivo y social a cuasi religioso. Es el tema de conversación por excelencia, llueve, truene o caiga una crisis de órdago. Creo que levanta demasiadas pasiones, mueve demasiado dinero y hacer perder el tiempo a demasiada gente. Crea una adicción más fuerte que muchas drogas y una fidelidad mucho mayor que la mayoría de las afinidades políticas y afectivas. Es un fenómeno más irracional que inteligible, más divino que humano. Es el pan y el circo de cada día. En los legendarios tiempos analógicos muchos fotógrafos se agenciaban un 300mm f 2.8 a su cámara réflex, cargaban una película de 400 y 800 ASA y programaban el obturador sobre 500. Salían buenas fotos.
