Seguro que habrá quien beberá mojitos para olvidar. Pero yo recuerdo con bastante nitidez de los pocos que he tomado. Evoco al recordarlos amistades gastadas, amores olvidados y soledades amargas. No necesito beber para olvidar. Si acaso volver a tomarme un mojito o una caipiriña y viajar con la mente a tiempos mejores y revivir, quien sabe, viejas relaciones.