Microrrelatos y escritos sobre la fotografía, la realidad y el deseo
miércoles, 11 de noviembre de 2015
Romper la cara, romper la cámara
A nadie que le gusta que le rompan la cara. Pero si te desgracian una Leica o una Hasselblad te parten por la mitad. Las desgracias nunca vienen solas y los fotógrafos solemos compatibilizar traumatismos diversos con equipos fotográficos deteriorados o evaporados.