En estos tiempos de pandemia es una tragedia salir a tomar fotos con diarrea, pedorrea o incontinencia urinaria. Con los bares más o menos cerrados, sin aseos públicos y centros públicos y privados confinados es mejor no salir a fotografiar sin pañales. Ya se que resulta molesto. Pero estar todo el día encerrado resulta fatal para la claustrofobia y la creatividad que atesoramos muchos fotógrafos callejones o, como le llaman algunos listillos street photographers. Y ahora me diculparan que voy a la farmacia a comprar pañales.