La autora cita las atrocidades de los cristianos ugandeses del Ejército de resistencia del señor. Recuerda las violaciones contra las musulmanas en la guerra de Bosnia. Nos refresca la memoria sobres las violaciones por parte de soldados alemanes en Francia y Bélgica durante la Primera Guerra Mundial. También lo hace por las violaciones y prestación forzada durante la segunda Guerra Mundial.
Se podrían añadir, en mi opinión, las atrocidades islamistas durante el siglo XIX o las barbaridades que padecen muchas niñas latinas forzadas. O los abortos naturales que son penados.
En el mundo antiguo, la edad Media, la edad Moderna o el turbulento siglo XIX las violaciones eran arma de Guerra y servían para extender imperios y religiones. Sin el menosprecio por la mujer y las violaciones muchos de los lectores y lectoras de este texto no serían tan patriotas ni tan creyentes. A base de represión y violencia se cancelan ideologías y creencias retrógradas, estupidas y miserables.