viernes, 8 de julio de 2011

Viva la República

Al cabo debo sentirme feliz. Tengo un techo, un trabajo, un blog y un amor. Sin embargo, mañana cumplo demasiados años, hay una crisis que te cagas y cada día estoy más indignado. Pero no me duele nada, estoy bastante ágil y voy sobrado de ingenio y creatividad. Los años pasan, pesan, pisan y pisotean. Afronto con resignación un cansancio insondable y un desasosiego inconmensurable. Lo peor es la apatía social hacia la mayoría de mis intereses. Resulta doloroso ver como demasiados proyectos caen en el olvido. A veces me veo como un perro verde. En ocasiones me identifico con el ingeniero protagonista del film francés Ridicule (Patrice Leconte, 1996). El personaje sufre con desespero como sus proyectos acaban mordiendo el polvo en un archivo.
Hace falta una nueva Revolución Francesa. Aunque la Monarquía española nos cueste unos 0.20 euros por persona y año es igualmente un anacronismo retrógrafo. Idem de idem para los nacionalismos neofranquistas, y para el nacional-victimismo rencoroso y recortador.
Es necesario un nuevo modelo que nos ayude a ser mejores y más felices. Hay quedan mis deseos de aniversario. Viva la República