Los gritos del silencio
La búsqueda del silencio es mi obsesión. Me descentran, enervan y cabrean las alarmas de los teléfonos móviles, el claxon de los automóviles, los pitidos de los árbitros, los discursos de Aznar y de Mas, las conversaciones ajenas, las músicas a todo volumen y en general casi todos los programas de televisión. Pero entiendo que el silencio se asocie a la soledad, a la tristeza o a la muerte y retumbe como un grito insufrible en la gente más desamparada.