miércoles, 27 de noviembre de 2013

Formato Raw

Esta noche he tenido una desagradable pesadilla. Sin comerlo ni beberlo me había transformado en un archivo de formato Raw. De pronto me ví mucho más flexible y manipulable. Pero también desquiciadamente lento, torpe y pesado. Mi  creación estuvo a punto de exasperar al autor de mis días; un presuntuoso fotógrafo creativo que se pasaba las noches manipulando el Photoshop y ciertas páginas web que no cuento por decencia. El tipo se arrastraba con dos pesadas cámaras réflex made in China y origen japonés, una de ellas de formato fullframe y otra de dos tercios. El buen hombre vivía por y para la fotografía. Pero se ganaba la vida ayudando a su madre en una herboristería. Tuve la suerte de nacer dentro de la cámara con sensor de formato completo con un objetivo 24/70 f:2.8 en todas las distancias focales.

Fue todo un trauma pasar del acogedor seno de una tarjeta SDCH de 8 gigas al batiburillo de archivos que flotan en un PC con Windows Vista. Mi llegada al clónico fue particularmente traumática porque el trasto no quería reconocer el cometarjetas. Mi sufrido autor tuvo que instalarme primero en un viejo Mac y tras traspasarme a un Pen Drive de 64 gigas que acababa de comprar en Miró por 22 euros me introdujo, no sin algunos sobresaltos, en el Fujitsu-Siemens  con procesador Centrino, cuatro gigas de Ram y alguna que otra virguería. 

No se si fue culpa del Photoshop o de la torpeza de mi creador. Pero lo cierto es que sufrí un huevo cuando me transformaron en una bonita fotografía. Entre capas, niveles, clonaciones y otros ajustes dejé de ser el patito feo y me transformé en una imagen digna de formar parte de la Biblioteca Nacional o al menos del departamento de fotografía del MNAC. Mi dueño conoce a los responsables de ambos centros y seguro que acabo mis días en alguno de ellos. Mientras tanto ando perdido en un disco duro. El problema es que me han duplicado en varias ocasiones para copias de seguridad en CD, Pen Drive, disco duro y una maravillosa copia en papel 40x50. De esta forma me muero de celos por si alguna copia pasa a la posteridad y a mí me dejan para vestir santos.