martes, 5 de noviembre de 2013

Tristeza y alegría

Los trenes españoles, y los catalanes en particular,  se están volviendo cada vez más torpes y peligrosos. La causa principal apunta a los malditos recortes. Por eso viajar en tren resulta un agridulce cóctel de tristeza y alegría.

Nuestra existencia no deja de ser un largo y atrotinado viaje en un vagón de tercera. Tenemos la certeza que el final de viaje será trágico y la necesidad de teñir con gotas de felicidad y trayecto plagado de obstáculos. Buen viaje.