Llegó el momento de disfrutar de las cosas pequeñas. De buscar la tranquilidad, la felidad la belleza y el placer en asuntos sencillos y asequibles.
Conviene echar el freno. No trabajar tanto. No intentar estar algo siempre y olvidarás de hacer varias cosas a la vez. Es hora de descansar, de pasear y de tratar de no hacer nada.
Los proyectos deben ser manejables y cortos.
Mejor olvidarse de las guerras, conflictos y follones.
Peleando a la contra también se puede ser feliz. Pero hay que pelear poco, aceptar nuestras limitaciones y pensar que no hay enemigo pequeño, sobretodo si es en maldito coronavirus.
Hay que tratar de contentarnos con poco. Intentar ser felices con una sonrisa, un té con menta o un beso.