No se si al compartir estos recuerdos se atenua el dolor. Compartir el dolor expande el sufrimiento y al mismo tiempo se generan unos lazos de solidaridad que nos ayudan a sobrellevar la inmensa pena por la muerte, la mutilación y la enfermedad por un inútil y cruel atentado terrorista. Hoy todos hemos estado en Madrid con el corazón.
Que inmensa pena que la muerte se volviera a repetir en mis queridas Ramblas de Barcelona.