Tras demasiado tiempo de desentreno, al principio te sientes algo extraño contigo mismo y la cámara te parece un objeto de otra galaxia.
Poco a poco vas cogiendo el tranquillo. Percibes que con una cámara ves las cosas de otra manera. Notas que tu cuerpo se transforma en una camera obscura y que las personas, paisajes y objetos se convierten en imágenes bidimensionales.
Ves como la realidad se adapta al visor de la cámara.
En nuestras vidas sobran virus, mascarillas y confinamiento solitario. La cámara puede ayudarnos s poner un poco de azúcar, canela y clavo a nuestra pandémica realidad.