Cuando seas vieja, amiga,
Ronsard y Neruda ya lo contaron mejor que yo,
tendrás la piel mucho más ajada
que cuando te fotografiaba desnuda
No podrás controlar la celulitis,
los kilos de más, los senos caídos…
Pero tal vez mantengas, a base de afeites,
los últimos vestigios de tu enigmática belleza
Tal vez nunca me busques,
pero yo siempre estaré a tu lado.
Tus ojos infinitos me hechizaron para siempre.
Pero será tarde, muy tarde,
estaremos hechos unos carrozas,
y el amor físico no será más que un recuerdo.