Le tuvimos que ayudar a apagar la velita. Pero después dio cumplida cuenta del pastel de chocolate. Durante este tiempo ha crecido mucho. Está intentado caminar y trata de hablar a su modo. Pero sobre todo está aprendiendo a mirar y tratar de descubrir y comprender un mundo que ni siquiera los mayores entendemos. ¡Qué gran problema es ser niño! ¡Qué arduo trabajo el de unos padres que deben enseñar a los niños los misterios de un mundo tan complejo y contradictorio! Así es la vida. La niña se cría bien y sus mayores tienen salud para verlo.