sábado, 1 de enero de 2011

Terapias fotográficas



Terapias fotográficas. El autorretato compartido como medio de distensión y relajación. Una experiencia.

Este texto y la imagen son un primer punto de partida para una nueva técnica antiestrés que nos ayude a gestionar mejor los elementos negativos que acumulamos en nuestra jornada laboral y en general a lo largo del día. El proyecto que tiene que ver con diversas técnicas de relajación; yoga, risoterapia, baile o ajedrez que se utilizan en diferentes centros sanitarios. La idea es adiestrar a la gente para que pueda realizarlo con su cámara o con su teléfono móvil.

En la jornada laboral y en la vida cotidiana acumulamos tensiones por esto o por lo otro. La técnica del retrato compartido nos permite liberarlas en parte. Para la realización de esta experiencia es necesario disponer de un gran espejo y de una cámara fotográfica. Puede servir también la cámara de un teléfono móvil o de dispositivos digitales diversos. Sin embargo obtendremos mejores resultados con una cámara con control manual de exposición y enfoque y con un objetivo gran angular y luminoso. También sirven las cámaras de carrete de (casi) toda la vida. Es necesario que el espejo disponga de la mejor iluminación posible. Sirven de maravillas aquellos destinados para el maquillaje de actores y modelos. Pero también podemos arreglarnos con menos luces. Es necesario utilizar sensibilidades ISO entre 400 y 800. El flash está prohibido. Su destello se refleja en el espejo y produce una mancha de luz o cosas peores. Normalmente la luz ambiente nos obliga a abrir el objetivo a tope, pongamos f:2 o f:2.8 y disparar a una velocidad de obturación lenta; entre 1/15 y 1/60. De esta forma debemos adoptar una posición de seguridad y procurar no respirar mientras accionamos el obturador. También es necesario controlar la temperatura de color/balance de blancos. Si sabemos la temperatura de color de la fuente de iluminación podemos programarlo en la cámara. Pero en la práctica es mejor programar la cámara digital en blanco y negro. Resulta difícil corregir las dominantes verdosas de muchos fluorescentes.

Una vez dominada la técnica debemos practicar la toma de imágenes. La idea es que fotógrafo y modelo miren juntos al espejo. El fotógrafo debe tratar de provocar situaciones divertidas y sonreír, reír, o partirse de risa lo mejor que pueda. El modelo debe imitarle. Entonces se toma la foto, y … ya está. Bueno, en realidad debemos hacer varias fotos. Pongamos media docena más o menos larga. De esta forma asegurarnos poses y minimizamos los problemas técnicos.