jueves, 17 de marzo de 2011
Grup Fotogràfic La Ginesta. Cena
Miércoles 16 de marzo. Restaurant La Ginesta. Jovellanos 3: 9 menús, habas y alcachofas para Albert Masó, refrescos, cafés y un té con leche para José Manuel Torres = 99.50 euros.
Maldito resfriado. No he podido disfrutar como es debido del pisto manchego, la ternera con patatas y de la compañía de expertos de técnica, teoría e historia de la fotografía. El Grup Fotogràfic La Ginesta celebró su cena de primavera un día lluvioso y gris. Había muchas ganas de conversar, de intercambiar experiencias, de reencontrarse con viejos amigos y de conocer a nuevas personas.
Gracias a las gestiones de Ricard Marco por la tarde visitamos el Centre de Restauració de Béns Mobles de la Generalitat de Catalunya (Valldoreix). Esta institución es una especie de sofisticada empresa de limpieza que saca brillo a nuestro patrimonio histórico y cultural. Gracias a técnicas, propias de C.S.I. , y a la paciente labor manual de abnegados restauradores: pinturas, esculturas, materiales arqueológicos y otros bienes culturales son restaurados de la mejor manera posible. La fotografía juega un papel de vital importancia para documentar el estado original y final del objeto. Gracias a las radiaciones no visibles y a otras técnicas es posible descubrir detalles que el ojo humano no puede discernir. El señor. Carles Aymerich, fotógrafo del centro, fue el maestro de ceremonias que nos describió con precisión y entusiasmo su funcionamiento. Impresiona el tamaño y las instalaciones del estudio fotográfico. La visita nos ejemplifica como la profesión de fotógrafo está cada vez más informatizada. Pero en esencia se mantiene la teoría y la práctica de la fotografía científica. Aymerich es un fotógrafo nostálgico que no ha roto con el pasado de las ampliadoras y el revelado fotoquímico. Es el candidato ideal para protagonizar una nueva versión de Spaces Cowboys.
Cuando llegamos ya no quedaba cava. Pero desde la vitrina de la Agrupació Fotogràfica de Catalunya nos miraba una vetusta caja de galletas que en su día contuvo uno de los mayores tesoros fotográficos de la historia de la fotografía. Los herederos de Agustí Centelles continúan con su impecable labor de difusión. Las imágenes tienen gran interés porque es posible advertir tres estilos de fotografía distintos. Hay imágenes de la República en tiempo de paz, de la guerra incivil y de la posguerra. Las fotografías de la gloriosa II República española son dinámicas, captadas con el característico estilo leiquero de Centellas. Los tiempos de paz dan pie a imágenes más anecdóticas y amables. Para la guerra sólo hay dolor y esperanza. Al final de la exposición hay varias fotos tomadas durante el franquismo. Aquí el estilo de Centellas se metamorfosea en fotografía publicitaria tomada con cámaras de 6X6. De gran calidad formal, pero falta de la vitalidad de sus mejores años de reportero. El franquismo y la amargura fueron capaces de diluir la genialidad de un gran fotógrafo.