De vez en cuando hay que tomarse un respiro. Cambiar de aires, desconectar y romper con la rutina. Por lo que he visto la España rural resulta menos dura que la mayoría de nuestras ciudades. Desde luego hay mucha necesidad. Pero no he observado gente rebuscando dentro de los contenedores de basuras.
La foto muestra unas ovejas pastando. Y a pesar de los indignados en las plazas las ciudades están sobradas de corderos asustados y de conformismo. De todas formas veo esperanza en la forma de gestionar la pobreza que tienen muchos pueblos y en la rabia de los indignados urbanos.
Tomarse una semana de vacaciones no te soluciona la vida pero te ayuda a sobrellevar ciertas heridas que no se acaban nunca de cerrar.
