Esta casa es una ruina. Ya no hay remedio. Apaga y vámonos. Hay que derribarlo todo y empezar de nuevo. Este verano se está derribando el estado del bienestar catalán. Los culpables tienen nombres y apellidos y han sido elegidos democráticamente. Aun así se comportan como sicarios del FMI u otras cosas peores. Creo que no todo está perdido. Aún podemos salvarnos. De otra forma muy pronto estaremos como esa ex-casa