domingo, 21 de agosto de 2011

La fotografía y los recortes de C i U

Fotografiar es entre otras muchas cosas recortar la realidad, trocear nuestro entorno y seleccionar la parte que más nos interese o más rabia nos dé. Por eso los fotógrafos entendemos tanto de recortes y observamos con perplejidad lo que está pasando en Cataluña y alrededores. Tomar una foto es una especie de “casting” de descartes. Fruto de ese trabajo nacen unas imágenes más o menos interesantes. Los llamados “fotógrafos creativos” también acaban recortando la realidad o la imaginación para elaborar sus fotos. Y por mucho que crean o creen, recortan como el que más. Finalmente los fotógrafos familiares, domingueros o casuales también acaban recortando y en demasiadas ocasiones cortando cabezas, manos, pies y monumentos.
Los recortes de los políticos convergentes no tienen nada que ver con la fotografía y los fotógrafos. Sus recortes no producen nada bueno. Con sus tijeras cercenan la realidad y los sueños de demasiada gente. Consideran que los perceptores de las rentas sociales son unos estafadores (pero se olvidan de Millet, Prenafeta, Macià Alavedra y otros). Entienden que la mayoría de los usuarios de la sanidad pública son unos pesados y que estarían mejor en su casa o en una buena mutua privada. Piensan que los niños con dificultades escolares o de integración ya espabilarán o al final irán a una escuela concertada, como debe ser.
Confieso que tengo cierta afición a los recortes de las fotografías digitales. De esta forma enfatizo mejor el mensaje que deseo transmitir en ciertas imágenes. No soy ningún purista con la integridad del negativo como Cartier-Bresson, ni tampoco tengo talento para fotografiar a la gente. Pero no quiero que confundan mis recortes digitales con un apoyo a los recortes de este desgobierno victimisma que sufrimos día sí y día también.