sábado, 10 de diciembre de 2011

La hipoteca y el euribor


Sucedió hace varios años. Mucho antes de que la maldita crisis acabará con (casi) todo. Nos encontramos en una entidad financiera de esas que acabará siendo rescatada. Por un lado estábamos yo y mi pareja con la ilusión de comprarnos un piso. Por otro el director de la sucursal, la hipoteca y el euribor. El jefecillo no tenía el menor interés, gastaba un estandarizado traje oscuro, una corbata marrón y lo ponía todo de color de rosa. Junto a él estaba la hipoteca. Una mujer atractiva, pero sobrada de carnes y con una mirada de furcia barata. A su lado estaba su chulo, el euribor. Este individuo tenía un comportamiento impredecible y un tamaño voluble y variable. Crucé una mirada con Conchi y salimos de aquella encerrona con los pies en polvorosa. Aquella decisión evitó que con el tiempo cayéramos en la pobreza y el desespero. Ahora tenemos dificultades para pagar nuestro pisito de aquiler y mantener a nuestro hijo. Pero no debemos nada a nadie y vamos tirando. Varios de nuestros amigos y familiares están ahogados por la hipoteca, el euribor y la madre que los parió. Por desgracia conozco a varios desahuciados. Esto es una mierda.