Mientras escribo estas líneas me tomó un té bien frío y escucho en la tele que han condenado a Anders Behring Breivik por los asesinatos que cometió el año pasado en Noruega. Le espera un largo y merecido castigo. Hay muchas cosas que me parecen aberrantes en este individuo. Pero me he fijado con muy mala intención especialmente en una. Su aversión a la multiculturalidad. Hace unos cuantos años tuve que tragarme un vomitivo discurso de un politiquillo de C. i U. que a principios de este milenio se manifestaba contrario a la multiculturalidad. Ya se que no se deben hacer comparaciones odiosas. Pero hay gente más o menos pacífica que tiene la cabeza podrida y por desgracia gobierna en Cataluña a base de recortes que poco a poco nos están matando.
