jueves, 23 de agosto de 2012

Kelia

Un polo a pleno sol ya no es un polo ni es nada. Todo lo más una bolsa de plástico con un líquido turbio. Los polos de hielo me hacen viajar gratis a mi ya lejana infancia. Ahora me gustan más los sorbetes de limón y el helado de leche merengada. Pero no me importaría volver a tomar polos si con ello me quitará unos cuantos años.