El concepto de alegría resulta preclaramente positivo. Sin embargo, vivir tiene más luces sombras que luces. En especial si padeces la desgracia de nacer en una humilde cuna y encima andar sobrado de buena fe en los mensajes de los poderosos y los santos varones. En mi caso trato de vivir o sobrevivir con una amarga alegría que día a día tiene una fecha de caducidad más cercana. Perdida la fe en las perspectivas eternas y en los discursos de los poderosos intento pasarlo lo mejor que puedo o que me dejan los malnacidos que tratan de amargarnos la vida día si y día también.