Hubo un tiempo en que algunas familias catalanas disfrutaban de los servicios de limpiadoras, cocineras y cuidadoras del sur de España, latinas, asiáticas o africanas. Ahora la necesidad aprieta y las cosas cambian. Sin embargo, la mayoría de señoras catalanas que se anuncian no son las mismas que antes tenían criadas. Las buenas familias catalanas continúan teniendo sirvientas. Solo que cobran menos.