Se trata de un falso lavabo. La autoridad competente, debidamente identificada, multará a tod@s quienes lo usen. Ahora bien, no se si la pintada a transformado este rincón en un aseo de emergencia o bien la evidencia a obligado a los grafiteros a bautizar lo evidente. Desde estas líneas insto a los lectores a que utilicen como mingitorio este rincón del antiguo y recordado Canódromo Meridiana de Barcelona. Pero también ruego y exijo al Excelentísimo Ajuntament de Barcelona que cree más urinarios públicos. La próstata y otros órganos excretores tienen sus necesidades.