“Sólo un 5% del precio de venta de una tableta de chocolate que se consume en Occidente llega al cultivador de cacao.” Público, sábado 16 de abril de 2011, pág 11.
El chocolate es una de mis adicciones más antiguas. Nació en mi infancia y ha pervivido a mi antigua afición por el café, el queso curado o los entrecotes de ternera. Ahora también estoy enganchado a la lectura del diario Público. Atrás queda mi adicción por El País, un diario que todavía leo con interés pero que ya no me atrae como antes. Confieso igualmente mi pasión por el cine mudo. Hace poco he vuelvo a ver El chico de Chaplin. Sin duda este film vale más que toda la cinematografía mundial de los últimos diez o quince años. No es posible justificar del todo mi devoción por Público, el chocolate o el cine mudo. Pero hay momentos en que se debe tomar partido, ser sincero y valiente.