martes, 7 de febrero de 2012

Imitando a Alexander Rodchenko

Ya se que no soy Alexander Rodchenko ni Moholy-Nagy.  Tampoco estamos, o eso parece, en la Europa de entreguerras. Pero el placer de fotografiar una sombra en picadísimo puede ser doble cuando el elemento humano añade ese puctum que tanta falta hace a las imágenes y nuestra existencia.