Me despierto con la triple sensación de haber dormido mejor que nunca, de haber mantenido una placentera relación con mi pareja y de haber cenado un pollo a l’ast con patatas y una ensaladita de muerte. No sabría decir con cuál de los tres placeres he disfrutado más. Pero para quedar bien con la parienta diré que con las artes amatorias.