Microrrelatos y escritos sobre la fotografía, la realidad y el deseo
martes, 21 de mayo de 2013
Comerse un rosco
En teoría comerse un rosco es uno de los deseos más anhelados. Rosquillas, berlinas, donuts, pero también revolcones sexuales… nos alegran la vista, el estómago y otros órganos. A pesar de la crisis parece que demasiados roscos acaban en la basura.