En estos momentos los neoliberales tienen más peligro que una bomba atómica o una epidemia de ébola. Si además son cazadores de talentos como doña Esperanza Aguirre el peligro se multiplica hasta el infinito. "Reducidos, privatizados y suprimidos" suena en labios de la aristócrata madrileña algo así como apunten, disparen y fuego.