Pelo afro, piel canela, zapatillas deportivas negras, sudadera gris y pantalones naranja. Tipazo entre Beyonce y Naomi Campbell. Dolorosamente joven y atractiva. Hacia globitos con las goma de mascar de manera escandalosa. Los dos esperábamos el tren. Yo regresaba de mi trabajo y ella se iba a divertir. El Redbull que le acopañaba junto al móvil indicaba que se iba de marcha para una larga noche de “Saturday night fever.” Estábamos en bancos separados. Pero en cuanto me abrí el macuto para buscar un chicle se levantó como un rayo y me pidió cigarrillos en inglés. Le contesté con un “I don’t smoke” y le mostré mis chicles y caramelos. Con una sonrisa me dijo que ya tenía. Regreso a su asiento y allí acabó todo. Lástima.