La crisis y la especulación ha puesto por los suelos a la empresa que fabrica esta bebida emblemática. Me hubiese gustado ser un guerrero o un noble azteca para tener derecho tomar la original forma que tenían los antiguos mexicanos de tomar el cacao. No me hubiese importado morir matando a los impresentables conquistadores españoles. De vez en cuando compro chocolate fabricado en Latinoamérica y aromatizado con clavo y canela. Tambien disfruto con el chocolate espeso bien calentito, con o sin churros, con o sin nata. Pero un Cacaolat es un Cacaolat.