El comunismo en su versión stalinista fue particularmente sangriento. Como sistema económico dejó mucho que desear. A nivel social demasiada gente frustrada, insatisfecha, encarcelada o ejecutada. Otras versiones como la maoista o la cubana tienen también demasiados puntos oscuros. Puestos a poner peros, no hay sistema político, social, económico, filosofía o religión que se salve. Los anarquistas también tienen sus cosas. Yo tampoco soy ningún santo. Ni siquiera soy una persona buena en el sentido bueno de la palabra bueno que diría mi admirado Machado.
