viernes, 21 de octubre de 2011

ONO

La religión y la economía son materias llenas de certidumbres, misterios y perplejidades. Pero la facturas no se quedan atrás. El esoterismo más oscuro e insondable se multiplica con la facturación online. Es verdad que muchas facturas de papel van a parar a la basura y no se las lee nadie. Pero también acaban en este hermoso seto dónde el sol, el jardinero o el barrendero acabará más pronto que tarde con ellas. Me gusta leer las facturas en papel. Mi corto entendimiento percibe mejor los misterios impresos que en la red. Lamento profundamente que ONO y otras compañías nos impongan la facturación online por Real Decreto.
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