Foto, Daniel Larrain. Barcelona 1991-2
Incluso en los buenos tiempos preolímpicos me gustaba pasear con mi cámara por la Barcelona más cutre. En esta ocasión quedé con mi amigo Daniel Larrain para ayudarle a documentar un vídeo que preparaba sobre los cambios urbanos provocados por las olimpiadas. Nos citamos en el Plà del Palau y recorrimos un buen numero de espacios en transfomación, demolición, deconstrucción o construcción. En la foto se ve a un hombre que todavía no ha perdido su pelo y que presume de barba, Canon T90 y chaqueta Donke. Estoy rodeado de ruinas de un sofá, de un carrito de niño y de un automovil. Pero me siento como pez en el agua.
Por entonces Daniel realizaba documentales en vídeo y cine de marcado carácter fotográfico que me gustaban mucho. Después hizo cursos de realización cinematográfica y rodó documentales como todo el mundo. Por esas fechas cursé mis asignatura de doctorado y me pasó un poco lo mismo. Los estudios acaban por "normalizar" y en demasiadas ocasiones se pierde la espontaneidad y la originalidad. En modo alguno reniego de mis estudios. Creo que Daniel tampoco. Pero desde estas líneas lanzo una lanza para que los pedagogos desarrollen lo mejor de cada alumno y piensen que los programas deberían ser para mejorar y uno para uniformizar al alumnado.