Ser latino o independentista no es ningún delito. Tampoco es mejor, ni peor que ser musulmán, australiano o quebequés. En Catalunya muchos ancianos se quedarían desasistidos sin sus cuidadores latinos. Sin el movimiento independentista, estemos o no de acuerdo, Catalunya no sería Catalunya. Insultar o desacreditar a colectivos es dar alas al fascismo.