Hubo un tiempo en que los ciudadanos asiáticos poseían una importante industria textil. Pero los cañones del imperio británico en el siglo XIX acabaron o casi con los tejedores de la India o de China. La historia da muchas vueltas y ahora se vuelve a producir mucha ropa por aquellas zonas. Lástima que no sea de la forma tradicional que reivindicaba Gandhi. Por el contrario multinacionales, grandes almacenes y/o empresarios con pocos escrúpulos se dedican a producir tejidos en un régimen de semiesclavitud al que por desgracia nos acercamos de forma inquietante..
En resumen, la ropa ha bajado mucho de precio, es de peor calidad y la gente se cansa pronto de ella. Ahí entran estos contenedores. En ellos penetran personas sin recursos que se buscan la vida y que en ocasiones la pierden por meterse en agujeros angostos y peligrosos. Mejor no hablar de contenedores ilegales.