No siempre damos a las tapas de un aseo la relevancia que se merece. Las solemos comprar sin ton ni son. Por otra parte suelen venir en el lote de la taza del water o de la reforma del cuarto de baño. Si consultas en catálogos descubres infinidad de colores, formas y calidades. Pero la nuestra suele ser blanca y sin personalidad. Contrasta el tiempo que dedicamos para seleccionar una película, un libro o una buena piña con la elección casi a ciega de un artefacto que nos acompañará por mucho tiempo en uno de los momentos más íntimos y gratificantes de nuestra existencia.