Es necesario pensar bien lo que decimos. De otra forma nos transformamos en unos charlatanes y en unos pesados. Pero también acabas atascado si debes callar más de la cuenta por prudencia, miedo o desconcierto. Por eso me gustaría hablar, por ejemplo del simposio España contra Catalunya. El problema es que si descargo la adrenalina me arriesgo a una multa de 30.000 euros, algo peor o que acusen de falta de "seny" y de cosas por el estilo. En fin quisiera señalar que andamos sobrados de nostálgicos, reaccionarios y de falsos progresistas. Encontrarse en medio como el jueves no te aleja de estar al filo de una navaja que corta más de la cuenta.
