Foto de Blai Ibañez Panareda
A pesar de llevar una soga al cuello el perro levanta la cola. Se siente feliz de pasear en compañía de su dueño, señor y dios. El feliz propietario del can es un hombre temeroso del frío y amante del pan recién hecho, un artículo de primera necesidad cuyo consumo aumentó en estos desgraciados tiempos de crisis.
Un elefante superviviente de cacerías reales nos invita alegre a tomar una cañita y unos montaditos por un precio razonable. Pero parece que tanto el hombre como el perro muestran indiferencia a tan tentadora y económica oferta.
Por cierto los pivotes antialunizajes sirven también que la foto pierda un poco de gracia. Si no hubiera tanto chorizo aumentaría la calidad de nuestras imágenes y la seguridad ciudadana.