Feliz Navidad 2013
Ya casi no queda felicidad. La desesperación, la desventura o cuanto menos el escepticismo se han adueñado de nuestra sociedad. Salvo el tema religioso, seguramente no hay nada que celebrar. El despilfarro, la opulencia y la banalidad de la Navidad no pueden soportar el peso de una realidad asfixiantemente empobrecida. Aún así debemos sacar de las piedras reservas para mantener la ilusión de los niños y de quienes todavía creen en los milagros.